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En Obesis, la cirugía bariátrica en San Fernando representa una alternativa segura y eficaz para quienes luchan contra la obesidad severa y desean recuperar su salud. Esta intervención no solo permite una pérdida de peso significativa, sino que también mejora o incluso revierte enfermedades crónicas asociadas, como:
Diabetes tipo 2
Hipertensión arterial
Apnea del sueño
Enfermedades cardiovasculares
Nuestro enfoque se basa en un tratamiento integral que no solo transforma el cuerpo, sino también la vida del paciente.
Los candidatos idóneos suelen cumplir con las siguientes condiciones:
Tener un Índice de Masa Corporal (IMC) de 40 o más.
O bien un IMC superior a 35 acompañado de enfermedades relacionadas con la obesidad.
Haber intentado perder peso mediante dieta y ejercicio sin éxito a largo plazo.
Estar comprometidos con un cambio de estilo de vida a largo plazo.
La cirugía bariátrica tiene como propósito reducir el tamaño del estómago, limitando la ingesta de alimentos y, en algunos procedimientos, modificando la forma en la que se absorben los nutrientes. Esto genera múltiples beneficios:
Reducción de peso progresiva y sostenida
Mejora de la movilidad
Incremento en la autoestima
Reducción de riesgos cardiovasculares
Recuperación del equilibrio metabólico
Reducción del estómago en forma de tubo para disminuir el volumen de ingesta.
Técnica endoscópica sin incisiones para reducir el tamaño del estómago.
Procedimiento quirúrgico efectivo para combatir la obesidad grave.
Redirecciona el tránsito intestinal para reducir la absorción de nutrientes.
La recuperación tras una cirugía bariátrica requiere compromiso y seguimiento. Algunos puntos clave son:
Se inicia con líquidos claros, luego purés y progresivamente alimentos sólidos.
Evitar alimentos con alto contenido calórico o azucarado.
Beber líquidos entre comidas, no durante ellas, para evitar complicaciones como el síndrome de dumping.
Se requieren suplementos como vitamina B12, calcio, hierro y multivitamínicos.
Empezar con caminatas suaves y aumentar poco a poco la actividad según indicaciones médicas.
Sí, siempre que el paciente mantenga un compromiso con su nueva alimentación, actividad física y seguimiento médico continuo.
La pérdida de peso varía según el tipo de cirugía, pero en promedio se puede perder entre un 60% y un 80% del exceso de peso en el primer año.
El dolor es mínimo gracias a técnicas avanzadas de laparoscopia y el uso de anestesia. La mayoría de los pacientes regresan a casa en pocos días.
Generalmente, se puede volver a trabajar en una a dos semanas, dependiendo del tipo de cirugía y la recuperación individual.
Además de la pérdida de peso, mejora condiciones como la apnea del sueño, diabetes tipo 2, colesterol alto, y favorece el bienestar emocional y social.
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