Con el método MEGA, se logra una significativa disminución del volumen gástrico, superior al 60%. Esto significa que el estómago puede albergar mucha menos cantidad de comida, lo que permite al paciente sentirse satisfecho con porciones más pequeñas. Gracias a esta limitación en la ingesta, se favorece un control más eficaz del apetito, reduciendo tanto el hambre física como los impulsos de comer por ansiedad.